Fechas pegadas a la Navidad

Un paseo opinado en Salamanca

 
Salir a la calle es precioso y más en fechas tan concurridas como las pegadas a la Navidad, porque caminando uno se da cuenta de tantas cosas.

Ayer andaba yo por la avenida Mirat cuando, de entre la gente, distinguí al alcalde de Salamanca que caminaba temeroso, aunque bien acompañado, como lo hacen todos los cargos públicos de gran responsabilidad y, por ello, de gran sueldo y, pensaba yo, que si no sería más fácil reducir el sueldo a todos estos cargos para que su puesto no sea tan ambicionado por personas que puedan atentar contra ellos, de esta manera no necesitarían tanta seguridad a sus espaldas. De hecho, hasta a ellos les sentaría bien porque, creo que, el ser político es una vocación que tiene como fin buscar el bien de la sociedad en el camino de la concordia. Pero bien, con estás mentalidades egoístas, ni lo uno es posible, ni lo otro evitable, por lo que dejemos que nuestros representantes institucionales continúen manteniendo o aumentando sus enormes sueldos mientras aprueban incesantes subidas de impuestos.

Prosiguiendo por mi paseo en la urbe charra, me introduje en la calle Zamora, llevado por el ansia de adquirir bonitas prendas de vestir, en fin, ganas de comprar que te entran en estas fechas y eso que no estoy yo para tirar cohetes. El caso es que, observando los puestos colocados en la carpa de la plaza de los Bandos pude cerciorarme del gran número de cosas que había de bisutería, o lo que es lo mismo, pendientes y collares, mientras que de prendas de abrigo había pocos expositores y, en ese preciso momento, sólo pude ver gente adquiriendo productos de carácter ornamental, mientras que no prestaban atención a los utilitarios, como chaquetas, bufandas o ropas necesarias para protegerse del frio, a lo que voy, es que si estamos es crisis, no lo parece. En fin, que yo tampoco soy espejo en el que mirarse, pero que cada jueves se llena la Gran Vía de estudiantes que entran y salen en los bares, van bien vestidos o con disfraces comprados y consumir mucho o poco pero gastan.

Bueno que me desvió y me dejo en el camino mi transitar por la calle Toro, cuando me cercioro de la cruda realidad. Personas, muchas, que caminan en un sentido y otro cargadas de bolsas de productos adquiridos, alegría consumista en una nube que hasta ese momento me envolvía y de la que salí al pensar que no me hacía falta todo aquello que pretendía comprar, que en casa tengo muchas cosas bonitas para abrigarme y que cuando realmente necesite algo volveré a la tienda de siempre para adquirir un producto de calidad, no algo que ni necesito y encima malo, importado de países donde a la gente se la paga poco o nada por su trabajo y la corrupción hace elevar el nivel de vida de los mar ricos y rebajar el de los más pobres, tal y como está sucediendo en España actualmente.

En fin, que llego, abro un El Adelanto y me encuentro con una noticia de una recogida de alimentos en el centro Comercial El Tormes, promovida por la sociedad San Vicente de Paúl, "Mientras unos tienen la posibilidad de mostrar su solidaridad, otros contarán con algo que llevarse a la boca en estas fechas" y digo yo que si no será más acertado qué veamos las cosas como son: Mientras unos llenamos nuestro ego dando lo que nos sobra -que lo hubiéramos tirado igual-, otros pueden saciar un poco su hambre, pero esto no nos pone a todos en la misma balanza.

Concluiré con el fin del mundo, que las noticias han dado en señalar como hoy, 21-12-2012. Todos sabemos que es mentira, pero "por si acaso se acabe el mundo", como decía la Carrá, "todo el tiempo he de aprovechar" y, así es como vivimos muchos, saciándonos del momento, eludiendo responsabilidades sociales, evadiéndonos de los problemas que nos rodean, aislándonos de las personas que comparten nuestras mismas inquietudes, olvidándonos de las acciones de esas personas que han dado todo por los demás. Para mí, eso es la crisis.

Espero que ese fin sea de las acciones que ennegrecen el mundo, con los intereses económicos y que ese "ande yo caliente ríase la gente" se convierta en "amarnos unos a otros” para poder buscar nuestra prosperidad ayudando a la del resto.

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