Con lluvia también es bella


Salamanca mojada

El encanto de esta ciudad no se desluce con la lluvia, ya que el agua lava la piedra y la hace cambiar de color. Se trata de otra perspectiva de un mismo lugar. Aunque eso sí, el tráfico rodado se hace más intenso, no sucede así con el peatonal que se reduce.  Mientras llueve se puede aprovechar para disfrutar de otros encantos del lugar, los edificios y exposiciones y las delicias gastronómicas. Es tan amplia y diversa la oferta culinaria, que no bastaría un puente para dar idea de su amplitud.
Paraguas en mano o chubasquero, se pueden aprovechar esos días en que la lluvia nos quiere retener bajo el abrigo del hogar para encontrar abrigo al contemplar otra serie de atractivos del lugar que no apetecen visitar en los días más benévolos.



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